Revisando el proyecto presentado “DESDE LA SOLIDARIDAD SE CONSTRUYE UN ENTORNO DEMOCRÁTICO EN EL AULA”, que pretende la mejora de la convivencia dentro de la I.E. a partir de actividades solidarias internas y externas, motivó a una revisión del valor de la solidaridad, presentada por Adela Cortina (1997: 242-246), conlleva a valorarla como indispensable en la vida de las personas y de la sociedad en general puesto que toda persona es inevitablemente moral (p. 218) y es inherente como inseparable en la jerarquía de valores y es una de las condiciones para la vida plena de todos(p. 223). Este valor primordial se plasma en las relaciones de las personas que aspiran a una meta común y en la actitud de cada persona que se interesa como propio los asuntos o necesidades de los demás.
De lograrse ella, las relaciones entre los agentes educativos antes mencionados serán sanas y armónicas, que buscan una plena realización personal y el progreso institucional; de ellas se conseguirá, entonces, en una mejor convivencia en las aulas, una mayor sensibilidad del alumnado con los de su grupo etario y adultos en general, considerando que no se puede pensar en intereses personales y grupales: El valor optado aspira a contemplar a todos en beneficio no solo de algunos, más bien de todos y sin minimizar la puesta en práctica de otros valores democráticos.
En tal sentido, este proyecto tiene un beneficio a largo plazo: Profesores y alumnos, futuros ciudadanos, comprenderán que para construir una sociedad democrática es importante ser agentes comprometidos de comprender y atender a otros que afrontan las necesidades o dificultades cotidianas o de mayor envergadura, la solidaridad hay que revitalizarla entre los futuros peruanos.
FUENTE DE CONSULTA:
CORTINA, Adela
1997 Ciudadanos del mundo: Hacia una teoría de la ciudadanía
Madrid: Alianza.
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